Cuando se
prepara una exposición didáctica sobre el quehacer de los artistas visuales
modernos de determinada época o agrupados bajo una curaduría especial que
selecciona con un objetivo determinado la muestra, apoyados en las pocas
instituciones que poseen reserva y sala de exposiciones en Guayaquil es digno de
resaltar.
En este
contexto menciono lo que hace la Fundación EACHEVE dirigido por Eliana Hidalgo
Vilaseca que se apoya en ilustrados conocedores del arte moderno y contemporáneo
como Trinidad Pérez y Rodolfo Kronfle Chambers, elaborando una exposición audaz
denominada -Avanzada Ancestralista- que está a punto de clausurarse en el Museo
Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil
Una
investigación minuciosa de artistas que irrumpieron desde la década del 60 del
siglo pasado en este caso se ha tomado en cuenta lo atávico, y es que Ecuador
es un país con ancestralidad desde Las Vegas y Valdivia hasta Los Huancavilcas
sin dejar de nombrar a los Incas y sus Quipo plasmado por Molinari. Estas raíces
influyeron en determinados artistas que constan en la exposición, la
ancestralidad los inspiró a crear nuevas formas de expresión en un país que se
rebelaba a la constante temática del realismo social, cuyos exponentes más
conocidos eran Guayasamín y KIngman, aunque no los únicos.
Avanzada- Ancestralista me recuerda cuando clasificaron en Francia a los Impresionistas a finales del siglo XIX o a las nuevas propuestas de los Dadaístas en la primera guerra mundial, ismos que generaron seguidores, hasta la actualidad son estudiados por sus cambios y propuestas desde la pincelada suelta hasta planteamientos ilógicos
Fue grato y
agradable observar cuadros de Tábara, Villacís, y Maldonado, seguramente de
colecciones particulares, no visto tradicionalmente, aunque ahí reposan sus
investigaciones de culturas antiguas cada uno con temática y estilo personal,
cultivando variedad de materiales denotando formas y signos en relieves.
Almeida con
personajes propios andinos que dan vida a sus escenas plasmada de gran contraste
y colorido, también otras obras con huellas de tonalidad monocroma, pero, de
gran valía intrínseca. Viteri con cuadros cultivando signos y formas
simplificadas producto de su gran virtud al simplificar el dibujo.
Los mismo Espinel
cuyos cuadros parecen plasmados para leer la antigüedad, como descubridor de un
mapa que dialoga con lo nuestro.
En la exposición
aparte de Ricaurte constan obras de autores como Mariella y el fallecido Simón Carillo
y un artista más joven Eduardo Jaime.
Algunos
personajes de la exposición -Avanzada Ancestralista- se me escapan, y es que
todo esta elucubración y propósito de los planificadores de esta muestra
debería ser complementada en un catálogo libro, es una de las opciones para que
estos procesos de artistas que destacaron desde hace 70 años, y contextualizada
en el presente se difunda a mayor escala, los artistas crearon y deben ser inmortalizados
para bien del arte moderno ecuatoriano. Aunque estos deseos dependen muchas
veces del financiamiento, ojalá la fundación EACHEVE lo logre.
Por:
Leonardo Rivadeneira